Son muchos los que se proponen perder unos kilos con la llegada de la primavera. La llegada de las vacaciones de verano, comuniones, bodas, celebraciones, fiestas… despiertan las alertas y las prisas por perder peso aumentan.
En consulta, aumentan las visitas para la perdida de peso. Todos los años se suelen detectar los mismos errores que dificultan el proceso de bajada de peso. ¿Cuáles son los tres errores más frecuentes? Sigue leyendo para descubrir cinco consejos que te ayudaran a bajar esos kilos de más.
Algunos de los errores más frecuentes
1. Los productos milagro
Los famosos productos milagro que prometen el cielo. Las farmacias, las redes sociales o las herboristerías bombardean con publicidad de infinidad de productos que aseguran favorecer la pérdida de peso. Se trata normalmente de productos para eliminar la grasa localizada o bajar de peso de una forma prácticamente milagrosa y sin tener que hacer ningún tipo de esfuerzo. Este tipo de productos no tienen una base científica que los avale y demuestre su utilidad. No son necesarios para perder grasa y por supuesto, en NutreBurgos, no los recomendamos.
2. Reducir el consumo de alimentos ricos en grasas
Durante los últimos años, la industria alimentaria ha creado productos diseñados para “bajar de peso o perder kilos”. Se trata de los famosos productos light o 0% materia grasa. ¿Qué implicaciones tiene esto?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no todas los los tipos de grasas tienen el mismo efecto sobre nuestro organismo. De hecho, hay que tener mucho cuidado porque las grasas son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro organismo al formar parte de las membranas celulares.
De modo que, no hay que eliminar el consumo de este macronutriente si no priorizar la presencia en nuestra dieta de las más saludables. ¿Cómo? Utilizando el aceite de oliva virgen extra para cocinar, consumiendo frutos secos naturales o tostados y reduciendo el consumo de procesados ricos en grasas saturadas y/o trans.
3. Limitar los alimentos de la cena
Las conductas compensatorias son muy habituales a la hora de perder "kilos de más". Cenar una pieza de fruta y un yogur por el hecho de haber comido "de más" a lo largo del día es un ejemplo de una de estas conductas.
La consecuencia de estas actitudes suelen ser ingestas compulsivas a posteriori y un ciclo de restricción atracón con consecuencias metabólicas y a nivel psicológico. ¿Qué recomendamos? Cenas saludables, completas, nutritivas y saciantes, ¡No te vayas con hambre a la cama!
¡Lo que de verdad funciona a la hora de bajar de peso!
1. Pequeños cambios progresivos
Lo más importante es que los cambios perduren en el tiempo. No sirve de nada realizar una dieta súper estricta durante unas semanas y luego volver al caos. El objetivo va a ser que los cambios que se realicen perduren en el tiempo para aprender a comer de forma saludable a largo plazo. ¿Cómo conseguirlo?
Cambiando pequeñas cosas de la rutina que sean fáciles de mantener en el tiempo. Algunas ideas con las que empezar son:
- Sustituir las galletas del desayuno por una tostada de pan un día sí un día no.
- Reducir la cantidad de azúcar del café.
- Sustituir la cerveza con alcohol por la versión sin alcohol .
2. No pongas una fecha como objetivo a la pérdida de kilos
Buscar cambios físicos para un día concreto puede ir de la mano de sentimientos negativos. Un ejemplo de esto puede ser un bautizo o una comunión. El hecho de no lograr el objetivo puede traer consigo sentimientos como arrepentimiento, culpabilidad, desanimo, decepción o incluso desprecio.
3. Sumar, no restar
Las dietas tradicionales se basaban en reducir cantidades o incluso eliminar alimentos como el pan. Desde NutreBurgos te planteamos lo siguiente, ¿Qué alimentos se pueden incorporar para mejorar la calidad global de la dieta?
Aunque no lo parezca, es mucho más sencillo sumar que restar en el ámbito de la nutrición. Te dejamos algunos ejemplos:
- Añadir una pieza de fruta en el desayuno.
- Sustituir el arroz y la pasta blanca por las versiones integrales.
- Incluir un puñado cerrado de nueces en la merienda.
4. Mantenerse activo
Esta es una de las afirmaciones más extendidas en lo referente a los buenos hábitos. Y es que, la nutrición necesita de la actividad física para complementarse y viceversa. Ir caminando al trabajo o subir y bajar las escaleras andando son dos ejemplos de acciones que favorecerán la activación del metabolismo en el día a día.
Además, la salud integral incluye otros dos pilares como el descanso y la salud mental. Hay que tener todos estos pilares presentes a la hora de realizar cambios.
5. Ponerse en manos de dietistas-nutricionistas
A la hora de perder peso, existen numerosos métodos. Sin embargo, cada persona es única y por lo tanto el plan a seguir debe estar individualizado y personalizado. En este contexto, y para evitar fraudes y el temido efecto rebote, acudir a un dietista- nutricionista colegiado es la mejor opción. Al fin y al cabo, está en juego la salud.
La educación nutricional para el cambio de hábitos es la base para perder grasa. Al fin y al cabo, no se trata de estar a dieta toda la vida, sino de aprender a priorizar y gestionar de forma autónoma lo que se come. ¿Te animas a emprender el cambio en nuestra escuela de primavera?