Ayer estuvimos hablando de ostomías en un taller de alimentación saludable en la sede de Burgos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) con motivo del día del Cáncer de Colón que se celebra hoy, 31 de marzo.
En esta charla dimos las claves para una alimentación saludable tanto en población general como en las personas ostomizadas. El objetivo de esta charla era visibilizar la importancia del cribado de cáncer de colon y hoy queremos explicaros en qué consisten las ostomías y qué podemos hacer los dietistas-nutricionistas por ellos.
¿Qué es una ostomía?
La palabra ostomía deriva del término ostium que significa boca o abertura. El nombre que reciben estas ostomías depende del lugar de origen en el tracto intestinal.
De modo que, las aberturas creadas mediante cirugía entre el intestino y la piel a través de un estoma se conocen como ostomías intestinales. Aquellas que se realizan desde el íleon hasta el abdomen, se les da el nombre de ileostomía. Por último, si surgen desde el colon hablamos de colostomías.

Ostomías digestivas y características de las heces por localización. Fuente: Gerencia de Atención Primaria de Salamanca
Además, dentro de estas clasificaciones hay subcategorías en función de la localización, la permanencia o la construcción del estoma.
Alimentación e ileostomía
Las recomendaciones dietético-nutricionales en pacientes ileostomizados van a estar dirigidas a evitar la deshidratación hipotónica, la obstrucción del estoma, así como reducir la producción de gas y de olores desagradables.
En el periodo inmediato tras la operación la dieta tiene que ser restringida en líquidos. Estos se irán aumentando poco a poco según la tolerancia y la adaptación intestinal de cada persona. Además, se recomienda hacer un mayor número de ingestas diarias con volúmenes pequeños, e ir aumentando las cantidades conforme vaya progresando el paciente.
En estos sujetos es muy importante conocer las claves de una alimentación baja en residuos y de fácil digestión, para facilitar las digestiones y la recuperación del intestino. ¿En qué consisten estas dietas?
Las dietas bajas en residuos se caracterizan por un bajo contenido en fibra y grasas. Tradicionalmente, consistían en arroz, pollo y aquarius. Por suerte, algunos compañeros como Aitor Sánchez han creado infografías visuales sobre las dietas bajas en residuos que puedes consultar en el siguiente enlace.
No obstante, al igual que ocurre en otras patologías, es esencial individualizar la alimentación de cada paciente. Hay muchas diferencias interpersonales en función de múltiples factores como:
- El momento de recuperación
- La presencia o ausencia de diarrea
- Las molestias digestivas asociadas a un alimento en particular
- Las deficiencias específicas: electrolitos y micronutrientes como la vitamina B12
Además, en estos pacientes se recomienda limitar la ingesta de alimentos que producen gas o mal olor como el brócoli, el repollo, las coles de Bruselas, la coliflor, el ajo, la cebolla, los huevos, el pescado, las legumbres o los chicles.
Alimentación y colostomías
Tras la recuperación postoperatoria, este grupo no requiere grandes restricciones dietéticas. La recomendación principal es una alimentación rica en fibra para evitar el estreñimiento y la obstrucción del estoma.

Recomendaciones para reducir el estreñimiento
También es importante que estos pacientes sepan llevar a cabo pautas dietéticas saludables y bajas en fibra, ya que en muchos casos pueden presentar deposiciones de consistencia más liquida o semilíquida.
Por último, se recomienda evitar la ingesta de alimentos que causan gas y olor excesivo al igual que en las ileostomías.
Por último, os dejamos un enlace con el video de la campaña de AECC "El otro Test". Si quieres conocer más sobre este tipo de patología y su tratamiento dietético-nutricional, no dudes en ponerte en contacto con nosotras.