Artículo original redactado por Lucía Corral Riocerezo publicado en Eres Deportista
La población extranjera residente en España es una población fundamentalmente joven, que llega al país en busca de trabajo. Además, contribuye al rejuvenecimiento de la población, gracias a los nacimientos que provienen de este colectivo. Su llegada trae consigo el arribo de nuevas tradiciones, una cuestión que favorece la multiculturalidad.
Procedencia de los inmigrantes en España
El colectivo más numeroso procede de América Central y del Sur, mientras que los empadronados de la Europa del Este superan a los de origen magrebí y africano, así como a los asiáticos. El 70 % de la población extranjera se concentra en cuatro comunidades autónomas (Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía).
Según un estudio realizado en 2007, el colectivo inmigrante que reside en España se integra de forma progresiva en la sociedad española. Desde el principio, aunque mantienen algunas costumbres propias de su país de origen, tienden a incorporar sus hábitos alimentarios a la sociedad de acogida. Esta es la base de la multiculturalidad gastronómica.
Modificaciones alimentarias de los inmigrantes
Como principales cambios en los hábitos alimentarios, se señala:
- Disminución de la lactancia materna por motivos laborales.
- Aumento del consumo de productos lácteos por mayor disponibilidad, facilidad de consumo y precio.
- Disminución del consumo de pescado y marisco, a menudo menos asequible que en el país de origen.
- Aumento del consumo de carne de pollo y de huevos.
- Sustitución de algunas verduras y frutas por las del país de acogida, más económicas.
- Consumo relativamente bajo de verduras de hoja verde.
- Aumento del consumo de zumos, zumos azucarados y otros alimentos de baja densidad nutricional.
Consecuencias de la multiculturalidad en la dieta
La modificación de sus patrones alimentarios hacia una dieta más occidental conduce a dietas monótonas, de baja densidad nutritiva y escasa inclusión de productos frescos. En este contexto, pueden derivarse problemas nutricionales. Los más habituales en la población inmigrante son:
- Raquitismo en niñas y niños, por aportes deficitarios de calcio y vitamina D.
- Anemia ferropénica, por falta de hierro en la dieta.
- Caries, por el elevado consumo de productos azucarados.
- Obesidad, por la falta de actividad física y el aumento de la ingesta de grasa en detrimento de los hidratos de carbono.
Características de algunas culturas
La multiculturalidad es una de las consecuencias de los movimientos migratorios, y constituye una fuente de enriquecimiento cultural.
El Islam y los pueblos del Magreb
La alimentación se basa en la adoración, la subsistencia, la frugalidad y el compartir. Se come con la mano derecha y, es fundamental, lavarse las manos y la boca antes de comer. Los alimentos se clasifican en dos grupos: halal y haram.
En el grupo halal se incluyen los alimentos permitidos, que engloban las carnes debidamente sacrificadas. Además, se permite el consumo de té o café en pequeña medida.
Por el contrario, se prohíben los alimentos pertenecientes al grupo haram, en el que se incluyen el cerdo y los depredadores, el alcohol, las drogas y el tabaco.
Esta cultura celebra el noveno mes del calendario lunar, el ramadán. Consiste en un mes de ayuno en el que solo está permitida una comida copiosa al anochecer. Esta comida suele comenzar con una harira, sopa típica marroquí.
El hábito del ramadán se inicia en las mujeres con la menarquía y en los hombres a los quince años. Los enfermos, las mujeres embarazadas, con lactancia o con la menstruación quedan exentos del ayuno.
Países sudamericanos
Su alimentación depende del país de origen, aunque tienden a combinar ambas culturas gastronómicas. La incorporación de nuevos platos a los tradicionales favorece la multiculturalidad y el desarrollo de nuevos sabores.
Los tequeños venezolanos o las arepas de la cocina colombiana, venezolana y boliviana se han extendido a la cultura española. De hecho, en las Islas Canarias, el consumo de arepas está muy extendido. Esto es una prueba de que los movimientos migratorios favorecen la multiculturalidad.
Los países del este de Europa
Aunque la alimentación varia dependiendo del país, el clima frío condiciona la elección de alimentos. La cocina de estos países está influenciada por la comida francesa, griega y turca. Un ejemplo de esto es el uso de mantequilla para cocinar y el uso común de salsa de nata agria.
En esta zona, es frecuente el consumo de pescado ahumado y, sobre todo, de sopas. Los inmigrantes residentes en España acaban por aumentar el consumo de lácteos, embutidos y carne.
En definitiva, lo que queda claro es que la multiculturalidad en lo que respecta a la gastronomía es algo que se ve cada día más, debido a los amplios movimientos migratorios que se dan en todo el mundo. ¿Has probado alguna vez un plato de una cultura distinta a la tuya?